miércoles, 12 de octubre de 2011

ENSEÑANDO A NO MORDER

Si tu cachorro te muerde la mano o los pies, haz lo siguiente:
o  No lo regañes. Si le das un manazo, entras en el juego y si, por otro lado, lo regañas, quizás te funcione, pero solo para ti y no para todos. A los demás seguirá mordiendo;
o  Cuando te muerda la mano, tómale el maxilar inferior y no lo sueltes. Con la otra mano sostén su cabeza, para que no se pueda zafar. Sosténlo durante un rato, sin regañar;
o  Si te muerde el pie con o sin zapato, tómale la cabeza y no dejes que se separe de tu pie. Es decir, dále el pie, pero que no lo suelte;
o  En ambos casos, no regañes. Platica con él, como si  no estuvieras agarrándole el hocico. ¿Quería la mano, o no? Pues que la tenga, pero a tu modo;
o  La idea es hacer desagradable lo que a él le gustaba. No te pelees ni quedes como el villano, sino como el distraído, que no se da cuenta de que le haces desagradable algo;
o  Si te vuelve a morder, vuelve a tomarle el hocico, pero esta vez dura más tiempo así, aunque chille y se enoje tu cachorro;
o  Puedes usar esta técnica para que no muerda zapatos o ropa, metiendo el artículo en el hocico y no permitiéndole soltar o escupir el artículo; y
o  Sé constante, mínimo 7 días con una técnica antes de “tirar la toalla” (pero no se la des a tu perro).
Por cierto, esta técnica no funciona en gatos. Si tu gato te muerde, no lo molestes, por favor.

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