Un
estudio realizado en Finlandia y publicado en la revista PlosONE del 27 de
julio del 2012, reveló algunos aspectos interesantes de los perros
obsesivos-compulsivos (OC), mientras analizaban el problema de perros que se
persiguen la cola.
Encontraron
que la separación temprana de la mamá o una mala atención materna, es
predisponente de comportamientos OC, mientras que la cantidad de ejercicio o el
número de actividades en las que se enfrasca un cachorro, no afecta tanto. Esto
difiere de lo observado en los animales de zoológico, donde la frustración y el
stress causado por instalaciones inadecuadas que impiden el ejercicio regular,
han causado comportamientos OC con rapidez.
Los perros y los seres humanos tienen algunos rasgos similares en
este desorden OC: Aparición temprana, comportamientos compulsivos recurrentes,
riesgo mayor de desarrollar diferentes tipos de compulsiones, congelamiento
compulsivo, gran efecto de experiencias durante la niñez y riesgo genético.
Aunque
el problema OC puede presentarse en cualquier raza, los ejemplares del Pastor
Alemán y del Bullterrier Inglés son los que más lo presentan.
En
términos generales, los perros con tendencia al desorden OC son más tímidos y
suelen ser más miedosos a los ruidos.
Un
hallazgo que es muy probable que se estudie más a fondo fue el efecto de añadir
un suplemento vitamínico y mineral a su comida. Aquellos que recibieron durante
su infancia un suplemento con regularidad tuvieron una menor incidencia de
comportamientos OC. En el ser humano, por el contrario, hay una “corriente”
(entrecomillada, pues ha fallado en demostrar bases científicas) que le achaca
al gluten muchos de los comportamientos OC que suelen mostrar los individuos
autistas. Estudios preliminares del efecto de los suplementos
vitamínicos/minerales en el ser humano han mostrado también resultados
benéficos, pero todavía faltan muchos estudios más para afirmarlo
categóricamente.
MITO
DE LOS DESÓRDENES OC
La
atención del propietario puede reforzar la conducta compulsiva existente.
No,
pues entonces no se trata de una conducta OC, sino de una conducta cuya
gratificación (atención del dueño) la condiciona. Es decir, esto sería un
comportamiento aprendido, no algo espontáneo, fuera de contexto y carente de función.
Este tipo de comportamiento reforzado puede ser tratado con mucha facilidad,
evitando el refuerzo (regaño, atención).
Son comportamientos repetitivos que carecen de una función
en sí, es decir, no responden a una necesidad o a un estímulo en particular.
En las mascotas, los más comunes son:
Perseguir luces o sombras;
Morderse o lamerse los flancos;
Perseguirse la cola;
Mecerse compulsivamente;
Correr en círculos;
Lamer o morder un objeto, etc.

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